A Aderyn («Ryn»), una joven de diecisiete años, solo le importan dos cosas: su familia y el cementerio de su familia. Y ahora mismo, ambos se encuentran en apuros. Desde la muerte de sus padres, Ryn y sus hermanos se las han arreglado para mantener una vida precaria como sepultureros en la remota aldea de Colbren, que se encuentra al pie de una cadena montañosa dura y mortal que alguna vez fue el hogar de los fae. Sin embargo, el problema de ser un sepulturero en Colbren es que los muertos no siempre permanecen muertos.

Los cadáveres resucitados se conocen como «casas de huesos». Según la leyenda, son el resultado de una maldición que existe desde hace varias décadas. Cuando Ellis, un aprendiz de cartógrafo con un pasado misterioso, llega a la ciudad, las casas de huesos atacan con renovada ferocidad. ¿Acaso hay algo que las atrae? Y, sobre todo, ¿es posible detenerlas para siempre? Juntos, Ellis y Ryn se embarcarán en un viaje que los llevará al corazón de las montañas, donde tendrán que enfrentarse tanto a la maldición como a las verdades sobre ellos mismos que están muy bien enterradas.